Habitación de Airo y Ciel

-Oh, vaya -musité mientras terminaba de colocarme el vestido-. Ahora salgo.

En cuanto me adecenté como pude, abrí la puerta tímidamente y me planté delante de Airo, cogiendo el lazo de su mano, rozándola suavemente y sonriéndole algo azorada.

Me sonroje al instante que nuestras manos se rozaron, era algo a lo que no estaba acostumbrado, y por alguna razón estaba poniendome más nervioso a cada segundo que pasaba.
Sentía la necesidad de agarrarla de la mano antes de que se alejara más, tirarla hacia mi y abrazarla para que no se separara nunca de mí, pero conseguí reprimir mi movimiento antes de hacer algo que hiciera que se marchase para siempre.
-Estas... preciosa Ciel- solté de repente, no sabía ni porque había dicho eso y, apesar de que ya la había visto antes con esa ropa, tenía la sensación de que estaba mucho más guapa que ayer.

Sus palabras me cayeron como agua de rocío en las plantas, frescas y revitalizadoras, iluminando el día y alegrando mi corazón. Le sonreí tímidamente pero radiante como respuesta y me fui al espejo a ponerme el lazo. Cuando pensé que ya estaba bien puesto, me fui de nuevo junto a Airo.

-Y bueno... ¿vas a cambiarte o irás con esa ropa? -Le dije divertida, señalando múltiples arrugas que se rebelaban al intento de ser alisadas-. Creo que lucirías mejor y, quien sabe, quizás encuentras a alguna chica en la calle que te pida salir -añadí guiñando un ojo.

Sonreí y entre en la habitación para cambiarme de ropa, cerré la puerta suavemente procurando no dar ningún portazo y empecé a desvestirme. Lo primero que cogí del armario fue otra camisa negra igual a la que llevaba, estas camisas eran mis favoritas, nada llamativas pero a la vez no demasiado discretas.
Salí practicamente con el mismo conjunto al que entre, pero completamente liso y arreglado.
-Tal vez no quiera que ninguna chica me pida salir- dijé mientras me atusaba un poco el pelo pasandome la mano por encima.
''Solamente quiero que lo hagas tu...'' pensé mientras me dirigia a la puerta preparado para salir.

Sonreí divertida y me dirigí hacia la puerta, abriéndola con delicadeza pero con energía.

-Entonces vámonos, tenemos mucho que hacer y hoy promete ser un gran día, radiante y soleado -dije alegre cruzando el umbral y esperándolo al otro lado.

Sí... la verdad es que hoy el día parecía que iba a ser maravilloso...

[FDI: Sería mejor hacer un post nuevo en otro lado, ne?]